Claudia Ancieta

Llegue al quinto piso del w, algo atrasada con la hora por el “tranquilo” tráfico de Lima, el salón estaba apagado, se proyectaba una película, trate de seguirla a pesar de haberme perdido la primera parte, es una de las cosas que no me gustan, asi solo hayan pasado solo el título y bueno tenia que ver precisamente con la vida de un periodista, Truman Capote.

Un personaje como Capote puede escribir cualquier cosa. Como en este caso escribir acerca del asesinato de la familia Clutter (1959) no le permitiría ganar fama pero esto no es lo que se buscaba, sino dejar sus huellas en la historia. Así, creó un nuevo género literario: la nonfiction novel, donde los personajes son sacados de la vida real en vez de la imaginación.

Los cuerpos de los Clutter lucían sin vida y sin aliento en las pocas fotos a las que Capote pudo tener acceso. Ellos nunca imaginarían que su hogar también sería su tumba. Parece que las paredes aun retuvieran los gritos de auxilio de aquella noche, en la que nadie vendría a socorrerlos.

Al final, los asesinos fueron encontrados, juzgados y condenados. Capote trató de abogar por ellos, pero nada pudo hacer. Luego de meses de apelaciones, donde argumentaron que sufrieron de locura temporal, pero la pena de muerte fue la suerte que el destino les había preparado. Una muerte que nadie desearía tener.

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